Puedo observar el estanque tranquilo,
con sus translúcidas aguas de espejo;
las estelas de mi sol y su brillo;
el juguetón azul de nuestro cielo.
No quiera la luna olvidar sus rayos
cuando la noche predique su sueño,
y así, con su luz, trenzar un abrazo
capaz de fundir los astros del cielo.
La esperanza tañe su sonsonete
cuando la vista al presente vuelve.
Hoy el futuro parece cercano.
Mariposa que tranquila descansas
sobre la rosa, no muevas tus alas
y permite al futuro trazar su arco.
Pablo Fernández de Salas
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