Describirse a uno mismo nunca ha sido una tarea sencilla. Depende tanto de a quién va dirigido el mensaje que es prácticamente imposible cubrir todo lo que el lector realmente quisiera saber, y muy fácil caer en el error de ofrecer demasiado.
Lo verdaderamente importante, lo que destacaría de mí por encima de todo, son mis dos pasiones: la escritura y la ciencia.
Siempre me ha gustado escribir. Empecé a desarrollar mis primeras historias casi a la misma edad a la que aprendí a poner dos palabras juntas, aunque mis padres sabrán más de esto que yo mismo. Modificaba los cuentos que conocía y los convertía en situaciones que me eran familiares, o inventaba mis propias aventuras. No soy capaz de imaginarme sin un pedazo de papel y un bolígrafo al alcance de la mano, o, en tiempos modernos, sin un aparato electrónico que desempeñe la misma función.
En mi adolescencia fui ganador de algunos (aunque pocos) premios literarios, y todavía sueño con el día en el que vea publicado mi primer libro. Pero no tengo prisa. Mientras mis historias permanezcan en ese espacio que ocupan las historias sin publicar, todo es posible. Acudiendo a una analogía física (y esperando no abusar demasiado de ellas de aquí en adelante), mientras la función de onda de lo que escribo no colapse, podré reinventar, retocar y jugar con el cuerpo del texto; cuando la publicación lo defina de entre los límites de sus posibilidades, sin embargo, será más difícil volver atrás, y lo escrito quedará totalmente dispuesto por y para el observador.
Porque las historias no son solo aquello que se escribe, sino lo que se lee y se interpreta de ellas.
Así como el reloj que marca mi vida da saltos caprichosos mientras escribo, el tiempo pasa volando cuando me dedico a mi segunda pasión. Soy un amante de la ciencia, y no solo de aquella que practico casi a diario (la física), sino de todo lo que pueda alimentar mi incansable curiosidad. Probablemente me haya pasado más horas preguntándome sobre el porqué de las cosas que disfrutando de las propias experiencias. O tal vez exagere. Sea como sea, considerémoslo poéticamente cierto.
Y es que la poesía es el eje principal de este blog. Aquí iré publicando poemas, tanto aquellos que ya he escrito como esos que todavía no han salido de mi cabeza. Con el tiempo tal vez me plantee añadir una sección con más literatura, pero por ahora dejaré que estas páginas engorden gracias a los versos.
Sin embargo, para aquellos que no se conforman con la poesía y que, al igual que yo, sienten el impulso de la curiosidad, aquí pueden encontrar una lista de mis contribuciones en blogs y páginas de divulgación científica.
Pablo Fernández de Salas