Hoy me apetece

 

Hoy me apetece escribir
sin objetivo marcado,
con la mirada en las nubes
y el corazón alocado.
Escribir sobre unos versos
que desde la nada brotan;
chispas que surgen de pronto
entre la espina y la rosa.
Miradas hacia otro mundo,
tras mi ventana secreta;
mundo sin reglas, ni muros:
una tierra de poetas.
Allí despiertan los sueños
y se funden las esquinas
al latir de pensamientos
sin mente que los dirija.
Una tierra de edificios
con muros octosilábicos,
de flores que son sonetos
y un viento de ritmos cálidos.

Hoy me apetece soñar
con las nubes de palabras,
cual orate calmo y ledo,
allende nefelibata.
Con las nubes de palabras
y los mares de papel,
esos que surcan historias
bogando sobre su tez.
Y sentir quiero los vientos
que rizan letras de espuma
bajo la luz de luceros
y el arrullo de la luna.
Saborear la frescura
de una pluma sin cadenas,
tremolando en las alturas
y para nada serena.

Hoy me apetece cerrar
los ojos al universo
para dejarme arrastrar
a donde vaya el deseo.
Un haz de plata en la noche
conectando fantasías,
una cuerda de emociones
y lágrimas de poesía.
Pero el chasquido es rotundo
cuando se rompen sus hebras.
De vuelta a mi viejo mundo,
a la realidad de vuelta.
En la esquina brilla un verso,
confundido del viaje;
tirita tenues destellos
justo antes de apagarse.
Quién sabe si los dos mundos
han de volver a encontrarse;
si habré de soñar despierto.
Hoy me apetece. Quién sabe.

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Pablo Fernández de Salas

 

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