El fantasma de la materia oscura

 

El silencio es profundo,
bien cavado en la roca,
su corazón oscuro
impasible reposa;
una herida sellada
con postilla de plomo;
un núcleo hipersensible
bien aislado de todo.

Los cazadores esperan pacientes
que su señuelo les dé resultado.
Inspeccionan la llaga y su sangrado,
monitorean su dolor latente,
controlan con asiduidad su estado
y son pacientes… pacientes… pacientes…

Leyes que son leyendas,
teorías que ficciones,
corolarios sin pruebas
y sin proposiciones.
Sombras del universo,
enigmas de ecuaciones,
duendes que son etéreos:
fantasmas en la noche.

Las pistas son pocas, el rastro es tenue,
pero hay claros signos de su presencia.
Pesadillas pobladas de quimeras
contaminan las más brillantes mentes.
Mil historias, ninguna verdadera…
hasta que encajen el genio y la suerte.

De un desierto sin nombre
brotan los espejismos,
muy variadas sus flores,
engañosas lo mismo.
La causante se esconde
entre arbustos de espinas;
fantasmas en la noche
ignorando la herida.

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Pablo Fernández de Salas

 

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