Flotando en la inmensa nada
viaja la onda a su suerte.
En lid eterna a sus hombros
forcejean Vida y Muerte.
Un pulso de esencia errante,
fruto de la nada ausente,
una luz desesperada
de esperanza creciente.
Así lo es todo y no es nada,
cual paradoja rebelde.
El hombre busca su sino
por sendero inexistente;
a más conocer del mundo
es menos lo que se entiende.
Vivo o muerto, qué más da;
el gato goza inocente.
Pablo Fernández de Salas
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