Escarabajito andante
en el rojo macetero
del comprimido salón
de la casa de mi pueblo.
¡Quién tuviera tu simpleza!
Con preocupaciones, cero.
Tan solo buscar pareja,
procrear… y después muerto.
¿Qué buscas con tus patitas
en el aire este tan quieto?
¡Ah, ya sé!, las hojas finas
que van a ser tu alimento.
¡Ay, simpleza que te guía!
¡Cuánto buscas con esmero
las necesidades mínimas
de una vida sin complejos!
¡Y qué si tu vida es corta!
¡Qué más da si eres pequeño!
Lo importante es que tus días
saben bien contar el tiempo.
Naces libre en este mundo
pues a él estás sujeto:
a su antojo, a su vagar,
y vas surcando sin remos
las aguas del ancho mar
sin ver cómo están fluyendo.
Sin disgustarte en tu andar.
Sin preocupaciones, cero.
Pablo Fernández de Salas
Visita aquí la entrada original del blog sobre este poema.