Un abrazo concentra el infinito,
funde los sentimientos agolpados,
aplaca nerviosismos apilados
y rompe tensiones de un sordo grito.
Un abrazo es el culmen de un delito
por el cual dos cuerpos son arrancados,
sus almas desnudas a ambos lados,
la sorpresa confusa frente al hito.
Un abrazo es un signo exclamativo,
es la emoción vertida en un momento,
es la explosión de nuestro ser más vivo,
el descarte de todo lo opulento,
un gesto de unión caro y expresivo;
es tu recuerdo a resguardo del viento.
Pablo Fernández de Salas
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