Un abrazo es el mejor remedio posible para gran variedad de males, pero un remedio que no se aplica con la debida frecuencia. La calidez de dos cuerpos unidos durante un breve espacio temporal vence sobre el frío de muchas penas, y recarga la capacidad de sobrellevar males futuros. Un abrazo ofrece cohesión y un sentimiento de unidad sobre los individuos que lo practican, como una frase que solo toma sentido gracias al abrazo de todas sus palabras, o un poema que se deshace sin el abrazo de todos sus versos. Versos, por ejemplo, como los siguientes catorce endecasílabos que, por separado, no son nada, pero juntos se funden en un abrazo que da vida a un soneto.
Un abrazo
Un abrazo concentra el infinito,
funde los sentimientos agolpados,
aplaca nerviosismos apilados
y rompe tensiones de un sordo grito.
Un abrazo es el culmen de un delito
por el cual dos cuerpos son arrancados,
sus almas desnudas a ambos lados,
la sorpresa confusa frente al hito.
Un abrazo es un signo exclamativo,
es la emoción vertida en un momento,
es la explosión de nuestro ser más vivo,
el descarte de todo lo opulento,
un gesto de unión caro y expresivo;
es tu recuerdo a resguardo del viento.
Pablo Fernández de Salas