La vida sin sueños es como un tren sin destino: se mueve, sin pausa, y el camino puede ser más o menos agradable, pero la única estación que espera al final del trayecto es una vía muerta. Los sueños sirven para evadirnos de la realidad, o para darle un sentido; sin embargo, los sueños también pueden ser traicioneros y hay que saber despertar. La pradera de los sueños puede mostrarnos un lugar utópico y llenarse de todo aquello que nos haga falta durante nuestra visita, pero no debemos hacer oídos sordos a la vida, por mucho que al abrir los ojos nos encontremos con una realidad en llamas.
La pradera de los sueños
La pradera se extiende
como un papel sin tinta;
un plano sin bordes, de aroma verde
y posibilidades infinitas.
El terreno se ondula
ofreciendo realismo,
calmando a la mente con los suspiros
de una brisa de cuna.
Flores blancas y amarillas puntúan
cada verso del aire,
con palabras mayúsculas
escritas por los árboles.
Las gaviotas y sus cantos al cielo,
la fantasía en bruto de las nubes,
brillos de sol en un fondo de azules,
caminantes que comparten sus sueños.
Los edificios bordean el prado,
espejado en sus caras.
Frisbees al vuelo, balones jugando,
crepitar de unas brasas.
Los rescoldos chispean con cariño,
su calor en el rostro.
Un temblor emborrona los detalles
entre grises y rojos.
La pradera se ha ido,
nunca ha estado; protestan los rescoldos.
La mente se estremece, alarmada,
y despierta de pronto.
Ni verde, ni azul, ni sombras doradas;
solo negro, naranja, gris y rojo.
Pablo Fernández de Salas
Hola Pablo,
Felicidades por este nuevo poema y por obligarnos a reflexionar de esta forma tan amena y agradable.
Espero que todo te salga de acuerdo con tus objetivos y que los senderos de la vida te lleven a encontrar el mejor de los destinos.
Con toda mi admiración, y esperando poder seguir disfrutando de tu magnífica inspiración, recibe un fuerte abrazo.
Pere
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Muchas gracias por tus palabras, Pere. Las agradezco muchísimo y aprecio mucho tu opinión, como bien sabes. ¡Un fuerte abrazo!
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¡Qué bonito, Pablo! Me encantan tus poemas. Un placer leerte, una vez más. Besotes 😀
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Muchas gracias, Lucía :). ¡Un beso!
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